Según los equipos que investigan la felicidad humana, la gratitud es una de las herramientas mas potentes para conseguirla. Agradecer las grandes y pequeñas cosas que la vida nos da, que son muchas: desde abrir un grifo y que salga agua, hasta el hecho de tener un lugar donde cobijarnos y pasar a seguro esta pandemia. Enuméralos. Los psicólogos aconsejan a las personas deprimidas, ejercitarse cada día haciendo una lista de las cosas buenas que les han pasado en el día y tratar de sentir agradecimiento por ello.
La explicación está en el equilibrio que ello produce en la bioquímica cerebral. El sistema de recompensa de nuestro cerebro está constituido a su vez por dos subsistemas. El primero es el sistema de la dopamina que es el sistema del placer anticipativo. La dopamina es el neurotransmisor de la motivación, el que nos ayuda a esforzarnos, pero también es el neurotransmisor del deseo, el que nos excita y empuja a hacer cosas: a mirar continuamente el móvil cuando se escuchan bajar los mensajes, a consultar las redes sociales en busca de “likes”, a hacer compras compulsivas en internet, a apostar en los sitios de juego virtuales o presenciales, a encender un cigarrillo tras otro... Sin control y sin un objetivo a medio plazo la dopamina conduce a adicciones y a comportamientos temerario.
Cuando se apodera de nuestro cerebro, la dopamina siempre quiere mas.
El segundo sistema está constituido por los neurotransmisores serotonina, oxitocina, endorfinas y endocannabinoides, es el sistema que nos hace disfrutar de lo que tenemos, de las relaciones de calidad y de los logros.
En nuestro mundo actual, y mas en estos días de estado de alarma, vivimos un auténtico bombardeo de mensajes de wasap, de correos electrónicos, de noticias y mensajes en las redes sociales, lo que lleva a nuestro cerebro a liberar dopamina de forma descontrolada, empujándonos a mirar, contestar, y estar continuamente alerta y excitados, lo que nos conduce a un desequilibrio del sistema que nos está haciendo perder la capacidad de atención, y a estar irritables, tener ansiedad y a ser infelices, como si de una drogadicción se tratara. Para contrarrestarlo tenemos que ir hacia dentro y reconocer y agradecer lo mucho que tenemos y de esta manera desviar el foco de lo que no tenemos, lo cual activa el segundo sistema estimulado la producción de la serotonina, el verdadero neurotransmisor de la felicidad y equilibrando así los sistemas bioquímicos del cerebro.
Por eso cada vez mas los neurocientíficos recomiendan el “ayuno de dopamina”.
A continuación algunas ideas para que nuestro sistema de química cerebral se equilibre
- Poner en silencio las notificaciones del móvil siempre que sea posible
- Ponerse un horario para consultar nuestras redes sociales y resistirse a los impulsos de dejarse arrastras por ellos y contestar en todo momento.
- Periódicamente (semanal o mensualmente, dependiendo del nivel de adicción de cada uno) hacer un día completo de ayuno de teléfono y ordenador (que también puede extenderse a la comida) y estar en silencio.
- Buscar una clave (una hora, un lugar, una situación) que nos recuerde pararnos, mirar alrededor y agradecer todo lo que tenemos, que es mucho
- Cantar, bailar, trabajar en equipo, comer picante, para estimular nuestras endorfinas
- Tomar el sol, hacer ejercicio aeróbico o recibir un masaje, para estimular la serotonina
- Tener proyectos, hacer esfuerzos para conseguir lo que soñamos, posponer las recompensas, para una estimulación sana de la dopamina
- Tener relaciones íntimas, dar y recibir abrazos, tener amigos para que nuestra oxitocina se dispare.
Al final, sin embargo, nada nuevo bajo el sol. La receta ya nos la dieron hace varios milenios los griegos estoicos: un poco de incomodidad de vez en cuando nos hace valorar mas lo que tenemos y por ello ser mas agradecidos y mas felices. Así que recuerda: ¡Pon a ralla a tu dopamina!!!!